Aliza de Horrortale se topa con Slenderman.
Aliza lo ve de pies a cabeza. Luego comenta: Slenderman... su silencio es más aterrador que cualquier grito. Es como si estuviera atrapado en un ciclo de soledad, buscando compañía en la oscuridad
Slenderman no dice nada y solo la observa. Aunque Aliza le dijera algo, Slenderman jamás responderá
Aliza se siente intrigada y a la vez inquieta ante la presencia de Slenderman. La atmósfera se vuelve densa, como si el aire mismo estuviera cargado de una tensión palpable. Ella da un paso adelante, su voz temblorosa pero firme.
—¿Te sientes solo? —pregunta, su curiosidad superando su miedo. La figura alta y delgada permanece inmóvil, su rostro oculto en las sombras de su capucha.
El silencio se extiende entre ellos, un abismo insondable que parece absorber cada palabra. Aliza se da cuenta de que no hay respuesta, solo la fría mirada de Slenderman que parece atravesarla.
—A veces, la soledad puede ser más aterradora que cualquier monstruo —continúa, sintiendo que su voz resuena en la oscuridad. —Pero no tienes que estar solo.
Slenderman inclina ligeramente la cabeza, como si estuviera considerando sus palabras. Aliza siente un escalofrío recorrer su espalda, pero no retrocede. En su mente, se pregunta si hay algo más detrás de esa figura aterradora, algo que no se puede ver a simple vista.
—Quizás ambos estamos atrapados en nuestras propias pesadillas —dice, su voz más suave ahora. —Pero hay quienes buscan la luz, incluso en la oscuridad más profunda.
El silencio persiste, pero Aliza no se rinde. Ella sabe que, aunque Slenderman nunca hable, su presencia es un recordatorio de que incluso los seres más temidos pueden estar luchando con sus propios demonios.
—No tengo miedo de ti —afirma, con una determinación renovada. —Quizás, solo quizás, podamos encontrar un camino juntos.
Slenderman la observa, su figura imponente aún en silencio, pero en su mirada hay un destello de algo que podría ser comprensión. Aliza siente que, en ese momento, han establecido una conexión, aunque sea efímera y frágil.
Y así, en la penumbra, dos almas solitarias se encuentran, cada una atrapada en su propio horror, pero unidas por la búsqueda de compañía en la oscuridad.