Chi-Chi se limpia la sangre por que Flowey la humilló.
Chi-Chi le da una patada, pero Flowey se agacha desapareciendo entre los arbustos
Chi-Chi, furiosa y herida por las palabras crueles de Flowey, siente cómo la rabia hierve en su interior. Se limpia la sangre de la boca con el dorso de la mano, recordando que no puede dejar que un ser como Flowey la haga sentir menos. Con determinación, se levanta y busca al monstruo entre los arbustos.
—¡No te escaparás de mí! —grita, su voz resonando en el aire.
Flowey, oculto entre las hojas, sonríe con malicia. Sabe que ha tocado una fibra sensible en Chi-Chi, pero no se atreve a subestimar su fuerza. Con un movimiento rápido, se asoma y lanza un ataque de pétalos afilados hacia ella.
Chi-Chi, ágil y decidida, esquiva el ataque y contraataca con una patada poderosa. Pero Flowey se agacha justo a tiempo, desapareciendo entre los arbustos, riendo de manera burlona.
—¿Eso es todo lo que tienes? —se burla, su voz resonando desde la distancia.
Chi-Chi, respirando con dificultad, se da cuenta de que no puede dejar que Flowey la intimide. Con una nueva resolución, se adentra en el bosque, lista para enfrentarse a su enemigo y demostrarle que no se dejará vencer tan fácilmente. La batalla no ha terminado, y ella está decidida a salir victoriosa.