Evil Casandra preguntan porque siguió ese camino.
Casandra sonríe siniestramente: Porque me convertí en un monstruo dices? Esa es una pregunta muy interesante. Suspira. Un monstruo dentro del cuerpo de un "inocente" mató a todos, reseteando sin cesar. Mató a mis padres que por culpa de ese monstruo dejé la universidad y tuve que matar, a todos para obtener un nivel de vida. Aunque mi hermana (Afrodita) me ha convencido de que no lo hiciera, no la oí. Se volvió una fantasma que me sigue. Me llaman loca más de lo que ya estoy por que hablo sola. Estaba a punto de terminar la universidad, mis sueños, logros y fracasos terminaron por culpa de ese insignificante.
Aunque no justifica mis acciones, ustedes no saben lo que he pasado y sufrido, no solo por esa bestia, si no por los reseteos, todo... Por eso me convertí en lo que temí y no quería ser. Lo hice, y no me arrepiento de absolutamente nada.
La risa de Casandra resonó en la oscuridad, un eco que parecía burlarse de la fragilidad de la vida. Sus ojos, llenos de una mezcla de locura y determinación, se posaron en su interlocutor.
—¿Monstruo? —repitió, como si la palabra tuviera un sabor extraño en su boca—. Quizás lo soy. Pero, ¿acaso no somos todos un poco monstruos? La sociedad nos empuja a ser lo que no queremos, a seguir caminos que no elegimos. Yo simplemente abracé mi verdadera naturaleza.
Se acercó un poco más, su voz un susurro cargado de veneno.
—Mis padres... ellos nunca entendieron. Siempre esperaron que fuera la hija perfecta, la estudiante modelo. Pero cuando el monstruo se apoderó de mí, cuando la desesperación me llevó a tomar decisiones que nunca imaginé, fue entonces cuando realmente me conocí.
Casandra se detuvo, su mirada perdida en un abismo de recuerdos.
—Afrodita... —murmuró, como si el nombre fuera un conjuro—. Ella siempre fue la luz en mi oscuridad, pero incluso la luz puede ser cegadora. Me decía que había esperanza, que podía cambiar. Pero, ¿cambiar para qué? Para volver a ser la misma que fue aplastada por las expectativas y el dolor.
Su risa se tornó amarga.
—Así que sí, maté. Maté para sobrevivir, para liberarme de las cadenas que me ataban a un destino que no elegí. Y aunque mi hermana me siga como un eco de lo que fui, no me arrepiento. La locura es un refugio, y en ella encontré mi poder.
Con un gesto dramático, extendió los brazos, como si invitara a su interlocutor a unirse a su danza macabra.
—Así que, ¿por qué seguí ese camino? Porque en el abismo encontré la verdad: a veces, ser un monstruo es la única forma de ser libre.