Rosalina se topa con los padres de Wario y Waluigi (Walody y Wagorge).
Rosalina con el ceño fruncido: Ustedes que hacen aquí? Waluigi les dejó en claro que no queremos verlos.
Walody: Más bien por que te topas con nosotros?
Wagorge: Rosalina, mejor vete, que yo no quiero que hables de tu marido que él es igual de inútil tanto su hermano como tú y la demás familia.
Rosalina: Waluigi no es un inútil. Puede que su actitud sea peculiar, pero no es necesario que lo insulten.
Wagorge: Insultar a ese inútil? O mejor dicho a esos dos inútiles? Tu marido y Wario eran malos con nosotros ya te lo dijimos.
Rosalina, manteniendo la calma a pesar de la tensión, responde con firmeza:
Rosalina: Entiendo que tengan sus diferencias, pero eso no justifica el desprecio. Waluigi y Wario pueden ser difíciles, pero también tienen sus virtudes. No todo se reduce a lo que ven en ellos.
Walody, cruzando los brazos, se ríe sarcásticamente.
Walody: Virtudes, dices. ¿Cuáles son esas virtudes? ¿La habilidad de hacer el ridículo en cada carrera?
Wagorge: Exacto. Y no olvidemos cómo siempre terminan metiéndose en problemas. No entiendo cómo puedes defenderlos, Rosalina.
Rosalina, sintiendo que la conversación se tornaba más personal, decide cambiar de enfoque.
Rosalina: No estoy aquí para discutir sobre ellos. Estoy aquí porque creo que todos merecen una oportunidad. Quizás si se dieran la oportunidad de conocerlos mejor, verían que hay más en ellos de lo que aparentan.
Walody y Wagorge intercambian miradas, sorprendidos por la defensa de Rosalina.
Walody: ¿Y qué sugieres? ¿Que nos sentemos a tomar un café y hablemos de sus "virtudes"?
Wagorge: Sí, porque eso ha funcionado tan bien en el pasado...
Rosalina, con una sonrisa tranquila, responde:
Rosalina: No se trata de un café, se trata de entender que todos tenemos nuestras luchas. Quizás si se enfocan en lo positivo, podrían encontrar un camino hacia la reconciliación.
Walody, aunque escéptico, parece considerar sus palabras.
Walody: Tal vez tengas razón, pero no será fácil.
Wagorge: No, no lo será. Pero quizás valga la pena intentarlo.
Rosalina asiente, sintiendo que, aunque la situación es complicada, hay un pequeño rayo de esperanza.