Evil Casandra se topa con Envidia.
Envidia con una sonrisa maliciosa: A veces... Me gustaría ser tú. Poder interesante y muchas cosas... Ser como tú sería increíble con toda esa fuerza.
Evil Casandra se ríe con desdén.
Casandra: Oh Envidia siempre queriendo ser como los demás. En vez de amarte a ti misma quieres ser como otros, si tú fueras yo, ahorita mismo te hubiera aniquilado en un abrir y cerrar de ojos. Así que tú decides. La muerte o aprender a amarte a ti misma... Sonríe siniestramente mostrando dientes afilados
Envidia, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, intenta mantener su sonrisa, pero sus ojos traicionan su inquietud.
Envidia: ¿Amarme a mí misma? ¿Y qué hay de la admiración que despierto en los demás? Ser como tú, Casandra, es tener poder, es ser temida y respetada. ¿No es eso lo que realmente deseas?
Evil Casandra se acerca, su mirada penetrante como un rayo, y su voz se vuelve un susurro amenazante.
Casandra: El respeto se gana, querida Envidia, no se impone. Y el poder que tú anhelas es efímero. La verdadera fuerza proviene de la aceptación de uno mismo, de abrazar tus propias sombras. Pero claro, eso requiere valor, algo que tú pareces carecer.
Envidia frunce el ceño, sintiendo la punzada de la verdad en las palabras de Casandra.
Envidia: ¿Valor? ¿Y qué hay de la envidia que me consume? Es un fuego que me impulsa, que me da vida. ¿No ves que mi deseo de ser como tú es lo que me hace fuerte?
Evil Casandra se ríe, un sonido oscuro y resonante.
Casandra: La envidia es una cadena, Envidia. Te ata a la insatisfacción y al resentimiento. Mientras sigas deseando ser otra, nunca serás libre. Pero, claro, si prefieres seguir en esta danza de sombras, estaré encantada de ser tu compañera.
Con un movimiento rápido, Casandra extiende su mano, y una sombra oscura se arremolina a su alrededor, como si estuviera lista para devorar a Envidia.
Casandra: Así que, ¿qué será? ¿La muerte o el camino hacia la aceptación? La elección es tuya.
Envidia, sintiendo la presión de la oscuridad, se detiene un momento, su mente en conflicto. La tentación de ser poderosa como Casandra es fuerte, pero la idea de perderse a sí misma la aterra.
Envidia: Quizás... quizás hay algo de verdad en lo que dices. Pero, ¿cómo se empieza a amarse a uno mismo cuando todo lo que sientes es deseo y resentimiento?
Evil Casandra se relaja un poco, su sonrisa se vuelve más sutil, casi comprensiva.
Casandra: El primer paso es dejar de compararte. Cada uno tiene su propio camino, y el tuyo es tan válido como el mío. Aprende a ver tus propias cualidades, tus propias fortalezas. Solo entonces podrás encontrar la verdadera fuerza que resides en ti.
Envidia, aún dudosa, asiente lentamente, sintiendo que una pequeña chispa de esperanza comienza a encenderse en su interior.
Envidia: Tal vez... tal vez pueda intentarlo. Pero no prometo que sea fácil.
Casandra: Nunca dije que lo fuera. Pero recuerda, el verdadero poder no proviene de la envidia, sino de la autenticidad. Y si alguna vez necesitas un recordatorio, aquí estaré, lista para guiarte en la oscuridad.
Con eso, Evil Casandra se aleja, dejando a Envidia con sus pensamientos, una mezcla de miedo y determinación en su corazón.