Ming Lee se topa con Evil Jax. Evil Jax tiene a la fantasma de Pomni acurrucada en sus hombros mientras duerme.
Ming Lee se transforma en una panda roja y Jax se sorprende al ver el tamaño de la Sra. Lee.
Jax se sorprende por unos instantes y dice con una sonrisa burlona sin dejarse intimidar.
Jax: De verdad crees que con tu forma gigantesca de un panda va a asustarme? No lo creo. He enfrentado incluso a titanes
Ming Lee, en su forma de panda roja, se estira y se sacude un poco, mostrando su pelaje brillante y su energía juguetona. Con una mirada desafiante, responde:
Ming Lee: No se trata de asustarte, Jax. Se trata de proteger a quienes no pueden defenderse. Y aunque soy pequeña comparada con titanes, tengo el corazón de un guerrero.
Evil Jax, aún sosteniendo a la fantasma de Pomni, arquea una ceja, intrigado por la determinación de Ming.
Jax: ¿Proteger? ¿De mí? No me hagas reír. La única cosa que puedes hacer es intentar jugar a ser heroína, pero no tienes idea de con quién te estás metiendo.
Ming Lee da un paso adelante, su mirada firme y decidida.
Ming Lee: Tal vez no, pero sé que la valentía no se mide por el tamaño. Y si eso significa enfrentar a alguien como tú, entonces estoy lista para luchar.
Evil Jax suelta una risa burlona, pero en su interior, empieza a sentir una chispa de respeto por la panda roja.
Jax: Muy bien, pequeña guerrera. Si quieres pelear, entonces que así sea. Pero no digas que no te advertí cuando te enfrentes a la oscuridad que llevo dentro.
Ming Lee se prepara, su energía vibrante iluminando el ambiente, mientras la fantasma de Pomni sigue dormida en los hombros de Jax, ajena al peligro que se avecina.
Ming Lee: ¡No tengo miedo! ¡Por Pomni y por todos los que necesitan ayuda, lucharé hasta el final!
Con un rugido decidido, Ming Lee se lanza hacia adelante, lista para enfrentarse a Evil Jax y demostrar que incluso los más pequeños pueden hacer una gran diferencia.