Fell Sans se enfurece al escuchar a Terry decir "Feliz Navidad" y sugerir que la celebren. Los demás lo miran con desdén, mostrando su desacuerdo con la idea. ¡Por supuesto que no! ¡No celebraremos ninguna Navidad aquí! Es incluso ridículo pensarlo. Terry, deja de proponer tonterías y enfócate en lo que en verdad importa!
Fell Sans frunció el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de irritación y desdén. La idea de celebrar la Navidad en su mundo, donde la lucha y la supervivencia eran la norma, le parecía absurda.
—¿Feliz Navidad? —repitió, su voz grave resonando en la habitación—. ¿De verdad crees que tenemos tiempo para eso? Aquí no hay lugar para celebraciones ni para ilusiones.
Los demás asintieron, compartiendo su descontento. Papyrus, con su habitual entusiasmo, intentó intervenir.
—¡Pero, hermano! La Navidad es una época de alegría y unión.
Fell Sans lo interrumpió con un gesto brusco.
—¡No! —exclamó—. La alegría no nos va a salvar de lo que enfrentamos. Necesitamos concentrarnos en lo que realmente importa: sobrevivir y proteger lo que queda de nosotros.
Terry, sintiéndose un poco abatido, intentó defender su idea.
—Solo pensé que un poco de alegría podría ayudarnos a sobrellevar todo esto. No todo tiene que ser tan sombrío.
Fell Sans lo miró con desdén.
—La alegría no nos va a alimentar ni nos va a proteger. Así que deja de proponer tonterías y enfócate en lo que realmente importa.
El ambiente se tornó tenso, y los demás intercambiaron miradas, sintiendo el peso de la realidad que los rodeaba. La Navidad, con su brillo y promesas de esperanza, parecía un lujo que no podían permitirse.