Casandra, al escuchar la conversación, se interpone rápidamente entre Afrodita y Andferd, con una mirada protectora y decidida.
Casandra: (con voz firme) ¡Andferd! No te acerques a ella. No sabes lo que puede estar tramando.
Afrodita, sorprendida por la intervención de su hermana, frunce el ceño y responde con desdén.
Afrodita: ¿Qué te pasa, Casandra? Solo estoy saludando a nuestro hermano. No hay nada de malo en eso.
Andferd, sintiéndose atrapado entre las dos, intenta calmar la situación.
Andferd: Chicas, por favor, no hay necesidad de pelear. Solo... quiero que estemos todos bien.
Casandra, sin apartar la mirada de Afrodita, responde con un tono de advertencia.
Casandra: No te dejes engañar, Andferd. Ella siempre ha tenido sus propios intereses. No puedo permitir que te acerques a ella.
Afrodita, con una sonrisa que no llega a sus ojos, se acerca un poco más a Andferd.
Afrodita: Vamos, hermano. Solo quiero pasar tiempo contigo. No tienes que escuchar a Casandra. Ella solo está siendo sobreprotectora.
Andferd, sintiendo la tensión en el aire, se siente cada vez más incómodo.
Andferd: Chicas, en serio, esto no es necesario. Solo... ¿podemos hablar todos juntos?
Casandra, sin apartar la vista de Afrodita, responde con determinación.
Casandra: No, Andferd. No voy a permitir que ella se acerque a ti. Te protegeré, cueste lo que cueste.
Afrodita, sintiendo que la situación se está volviendo tensa, decide cambiar de táctica.
Afrodita: (con un tono más suave) Está bien, Casandra. Solo quiero que nuestro hermano sea feliz. Pero, ¿no crees que deberías confiar un poco más en él?
Andferd, sintiendo la presión de ambas, intenta mediar.
Andferd: Chicas, por favor... Solo quiero que estemos en paz. ¿Podemos encontrar una manera de llevarnos bien?
Casandra, aún con desconfianza, asiente lentamente, pero su mirada sigue fija en Afrodita.
Casandra: Solo si prometes que no te acercarás a él sin mi permiso.
Afrodita, con una sonrisa que oculta sus verdaderas intenciones, responde.
Afrodita: Claro, Casandra. Solo quiero lo mejor para Andferd.
Andferd, aliviado pero aún inquieto, observa a sus hermanas, sintiendo que la tensión entre ellas apenas ha comenzado.