Marcarita sonríe triunfante, como si hubiera logrado una pequeña victoria. "¿Ves? No es tan difícil dejarse llevar un poco", dice, acercándose aún más, su mirada fija en los ojos de Ber.
Ber, sintiendo el calor de su cercanía, se da cuenta de que la tensión entre ellos es palpable. "No estoy seguro de que esto sea lo que debería estar haciendo", murmura, aunque su voz carece de convicción.
"¿Y qué es lo que deberías estar haciendo, Ber?" pregunta Marcarita, su tono juguetón ahora un poco más serio. "¿Dejar pasar la oportunidad de disfrutar de este momento? A veces, hay que arriesgarse un poco."
Ber traga saliva, sintiendo que su corazón late más rápido. "No sé si estoy listo para arriesgarme", responde, aunque en el fondo, una parte de él anhela dar ese paso.
Marcarita se inclina un poco más cerca, su aliento cálido rozando su piel. "A veces, lo que más tememos es lo que más necesitamos. ¿No crees?"
Ber se siente atrapado en su mirada, y por un instante, el mundo a su alrededor desaparece. "Tal vez tienes razón", dice finalmente, su voz apenas un susurro. "Quizás debería dejarme llevar."
Marcarita sonríe, satisfecha. "Eso es lo que quería escuchar. Ahora, ¿qué tal si comenzamos a disfrutar de este universo juntos?"
Con un leve asentimiento, Ber se da cuenta de que, a pesar de su incomodidad inicial, está listo para explorar lo desconocido. "De acuerdo, Marcarita. Vamos a ver qué nos depara este universo."
Y así, con una mezcla de nervios y emoción, ambos se embarcan en una aventura que promete ser inolvidable.